Te preguntas si será por una cosa o por otra y no te sabes responder.
Te sientes rara.
Esa sensación de saber que te pasa algo pero no sabes el qué, no sabes explicarlo.
A veces, cuando menos te lo esperas, se escapan algunas lágrimas, solitarias o en cascada.
Y así pasan los días.
Hasta que se te limpia el alma y asoman de nuevo esas ganas de sonreír.
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