Siempre es duro perder a un ser querido.
Es imposible que no se nos desgarre el alma cuando te cuentan que algo terrible le ha sucedido a uno de tus amigos de la infancia,
que vivió contigo toda la adolescencia,
con el que te has criado en el pueblo durante tantos veranos,
de esos con los que has compartido risas hasta las tantas de la mañana,
que siempre tenía una ocurrencia en la punta de la lengua,
de esos con los que tu vida era más divertida,
su risa te alegraba el día...
Ayer nos dejó haciendo lo que más le gustaba, conducir su moto por la sierra.
Cuesta asimilarlo.
Aún creemos que pasaremos por el Bar y allí estará él, listo para servirnos esa caña, para organizar la noche del Sábado o para echarnos unas risas.
Dios se lo ha llevado demasiado pronto, recién cumplidos los 25.
No es justo.
Con él todo el día en la mente.
Él con nosotros toda la vida en el corazón...
Descansa En Paz amigo.
Nunca te olvidaremos.